Bewertungen
Restaurant bewertenCompre un Groupon por una cena para dos de un valor de $800 que incluia una paella. Estaba tan fea que me tuve que pedir unas rabas.El mozo nos tiro un seven up en toda la mesa que pedimos y no la repuso o sea que nos cobro por algo que no consumimos.Luego le pedimos que nos envuelva toda la paella que sobro y nos indico que no se permite llevarla por haber sido comprada por Groupon o sea que vayamos saber a donde va a parar esa comida sobranteNo obstante teniamos incluido dos cafe el cual no nos fue informado, lo pedimos y nos trajo dos cafe quemados espantosos.No volveria nunca
Pedimos dos platos de pescados,salmón al verdeo y lenguado a la crema de camarones,ambos pasados de punto refritos sin sabor y la crema de camarones.....? Ud acaso la vio?.Le dimos la queja a la camarera,quien le avisó al encargado y ni siquiera se acercó a preguntar cuál era el problema. No vuelvo más.
Habiendo vuelto tarde de un evento y decididos a no cocinar en casa nos pusimos en búsqueda de algún lugar cercano. Gracias a un comentario de un conocido y por la cercanía en la que nos encontrábamos sin pensarlo nos dirigimos al lugar.Ubicado en la esquina es difícil no encontrarlo, además su buena iluminación y ventanales con pequeños toldos rojos lo hacen notar a simple vista.Una gran puerta (un tanto pesada) te da la bienvenida a una pequeña ante sala (muy bien pensado ya que en días de lluvia podríamos liberarnos del exceso de agua e ingresar al recinto sin molestar a los demás comensales), el encargado nos invita a pasar, por cierto muy bien vestido, y nos da varias opciones de asientos. Debido al bullicio normal de las personas optamos por un lugar cerca de la barra central.Rápidamente nos acomodamos y un mozo nos acerca las cartas, una panera y un paté. Casi sin mirar la carta y haciendo caso a la cantidad de carteles alegando ser un típico restaurante español, elegimos 3 platos típicos, rabas (entrada), una paella y una cazuela de mariscos.Las rabas fue algo para olvidar, llenas de aceite, algunas quemadas, en sí una decepción. Abandonando poco más de la mitad del plato esperamos los principales con la ilusión de borrar este mal sabor.Llegado nuestros ansiados platos con una presentación como se acostumbra a este tipo de pedidos, una cazuela de metal adornado con mejillones y unos langostinos sin pelar en el centro.Ambos platos estuvieron bien, muy abundantes ambos, pero no le encontré nada especial, pocas especias, poco color, y por ende poco sabor.Ya satisfechos y con ganas de terminar el día preferimos dejar el postre para otra ocasión.Para terminar el sitio no deja de ser un bodegón, con una atención de buena a regular, la comida es abundante, y los precios un poco elevados para le nivel.Mi recomendación, no se dejen engañar por los carteles y ordenen lo que sus papilas gusten.
Realmente fui muchas veces a este local. Siempre he ido por la noche, a cenar y la verdad que algunas de esas veces la comida ha tardado, o bien, estaba en mal estado , y no la han podido cambiar.A veces también estaba fria o no había llegado como se la había solicitado (por ejemplo tortilla babe) .Tengan cuidado al pedir , expliquen bien como quieren todo .La atención es muy cordial , de eso no me puedo quejar. El precio es un poco caro.
Una de las cosas que más disfruté con mi pareja en nuestro ultimo viaje a Buenos Aires fue haber conocido este restaurante.El lugar es hermoso, un bodegón que cuida su estética en cada detalle sin descuidar la comodidad. Es familiar, pero se puede disfrutar mucho en pareja o con amigos. La atención es formidable, desde el caballero que nos recibió en la puerta hasta el personal del salón se esmeraron por hacernos sentir muy cómodos y a gusto. Realmente muy amables y atentos.Brinda una muy amplia variedad de platos y vinos a precios moderados. Nosotros disfrutamos de una paella exquisita, de un sabor perfectamente logrado y un punto de cocción justo. La materia prima denota una alta calidad y frescura.No tengo más que elogios para este lugar, lo recomiendo totalmente!